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martes, 5 de julio de 2011

PAQUIMÉ Y LAS CASAS ACANTILADO CHIHUAHUA



VISTA DE LA ZONA ARQUEOLÓGICA DE PAQUIMÉ, CHIHUAHUA
HISTORIA

En el norte de México se cuenta con interesantes vestigios de los ANTIGUOS POBLADORES DE LA CULTURA CASAS GRANDES, subregión de la CULTURA MOGOLLÓN, la cual junto con la ANASAZI y la HOHOKAM conforman el área denominada Oasisamérica. La región cultural del norte es conocida en México como GRAN CHICHIMECA, y en Estados Unidos se le llama Suroeste Americano.

Las edificaciones de esta ANCESTRAL CULTURA se encuentran en lo que hoy es el estado de Chihuahua; la espléndida CIUDAD DE PAQUIMÉ era la CABEZA Y CENTRO COMERCIAL DE LA REGIÓN. Los primeros asentamientos de esta Cultura están fechados en 1000 a.C. (desde el Arcaico Tardío); su apogeo se dio entre 1261 y 1300 d.C., y su desaparición ocurrió en 1450 d.C.

La naturaleza agreste de esta zona influyó en el carácter y los rasgos distintivos de sus pobladores; éstos pasaron de ser cazadores-recolectores nómadas a sedentarios con conocimientos agrícolas y de domesticación, cría y explotación de animales. Los factores principales que influyeron para la sobrevivencia de estos grupos fueron: la herencia cultural de los pueblos del Suroeste Americano, la herencia de Mesoamérica y el manejo de los recursos naturales de la región.

Los asentamientos de esta cultura se ubicaban en una gran diversidad de ecosistemas: desde los litorales del océano Pacífico hasta el enorme sistema montañoso de la Sierra Madre Occidental, pasando por mesetas, llanuras y desiertos. En la primera etapa, la llamada “del desierto”, los ANTIGUOS MORADORES plasmaron petrograbados y pinturas rupestres de carácter ceremonial para invocar la caza, de lo cual Samalayuca es el Sitio Más Representativo. A la siguiente etapa, o “de la montaña”, corresponden las casas acantilado, situadas en la parte superior de los cañones. Cuevas y cavidades se convirtieron en abrigos en los que se establecieron moradas; en éstas el reto era, por un lado, que fueran confortables en temperaturas extremas tanto altas como bajas, en ciertas épocas del año o por las noches, y que fueran un resguardo ante los ataques de otros grupos. El mayor desarrollo de esta cultura se dio en Paquimé, gran urbe comercial con edificaciones de tres pisos que dieron nombre a la Cultura Casas Grandes, que además de testimonios de su religiosidad dejó creaciones artísticas de extraordinaria relevancia, como lo ejemplifica su FINA CERÁMICA.

Cronología de la cultura Casas Grandes
30000 a 15000 a.C. Etapa Lítica. En esta época la región estuvo habitada por mamutes, caballos y bisontes.
8000 a.C. Periodo Paleoindio. Petrograbados de Samalayuca y piezas de sílex, como puntas para caza de mamut.
5000 a.C. Periodo Arcaico. Recolección y caza de animales pequeños.
3000 a.C. Sitio Trincheras en el cerro Juanaqueña y vestigios de vida sedentaria.
1000 a.C. Los habitantes de la región pasaron de ser nómadas a sedentarios en sitios en el cerro de Juanaqueña y la Cueva de La Golondrina.
700-1060 d.C. Periodo Viejo. Primeras aldeas agrícolas con pocas casas aisladas y semisubterráneas, conocidas como casas foso, además de una construcción comunal rodeada de una palizada para protegerse de animales. Sistema avanzado de abastecimiento de agua y de riego.

700-900 d.C. Fase Convento. Primeros asentamientos de lo que sería Paquimé.
950-1060 d.C. Fase Perros Bravos. Se inicia la modalidad de las casas acantilado, algunas con graneros, en los sitios de Cueva Grande, Cueva de la Olla, Conjunto Huápoca.
1060-1470 d.C. Periodo Medio. Época de grandes progresos: muros construidos de lodo apisonado con moldes de madera; los pueblos tienen habitaciones rectangulares que forman conjuntos con patios interiores y plazas.
1261-1340 d.C. Fase Paquimé. Apogeo de Paquimé.
1450 d.C. Paquimé es abandonado, saqueado y quemado.
1340-1660 d.C. Periodo Tardío. Se desintegra la cultura Casas Grandes, probablemente por problemas ambientales o por el ataque de grupos nómadas; otros lo atribuyen a causas sociales o a ambos.
1584 Descubrimiento. En busca de minas, llega Francisco Ibarra, el primer español cuya expedición fue narrada por el cronista Baltazar de Obregón.
1660-1821 d.C. Periodo de los españoles.
1663-1686. Se establece la primera misión española de San Antonio de Padua.
1958- 1961 Exploración del sitio. Paquimé es explorado por Charles Di Peso y Eduardo Contreras de la Amerind Foundation de Arizona y del Instituto Nacional de Antropología e Historia, respectivamente.
1989 Museo de sitio. Con él se abren nuevas investigaciones, coordinadas por Beatriz Braniff.

Información práctica
Cuándo ir. Los meses más recomendables son marzo, abril, octubre y noviembre; en los otros se encontrará clima muy extremoso; julio y agosto son de lluvia.
Condiciones de visita. Martes a domingo, de 10:00 a 17:00 hr.
Recomendaciones especiales. Llevar ropa ligera, porque siempre encontrará clima caluroso, y zapatos muy cómodos, pues hay que caminar mucho y descender o ascender por senderos en la montaña. Si se visitan las aguas termales de Huápoca, llevar traje de baño.
Sitios arqueológicos y ciudades recomendables como punto de partida para los itinerarios. Se recomiendan porque cuentan con alojamiento, restaurantes y todos los servicios: Nuevo Casas Grandes, para ir a Paquimé y Valle de las Cuevas (Cueva de la Olla); Madera, para ir a Cuarenta Casas, Conjunto Huápoca, Cueva Grande y Ranchería. Hay excursiones desde Chihuahua y Ciudad Madera para visitar estos sitios y es conveniente llevar alimentos ya que en éstos no hay servicios.
Transportación. Aeroméxico es la aerolínea que viaja a Chihuahua y Ciudad Juárez desde la ciudad de México.

Para leer más…

Arqueología Mexicana, vol. I, núm. 6, febrero-marzo de 1994.
Miniguías del inah de los sitios arqueológicos de Paquimé, La Cueva de la Olla y Las Cuarenta Casas, Chihuahua, 1991.
Di Peso, Charles, et al., Casas Grandes A Fallen Trading Center of the Gran Chichimeca, The Amerind Foundation, Northland Press, Flagstaff, 1974.
Braniff, Beatriz, “Arqueología del Norte de México”, en Los pueblos y señoríos teocráticos, sep/inah, México, 1975.

RECORRIDO PAQUIMÉ, LA GRAN URBE

Duración de la visita: 1 día (recorrido del sitio: 2 horas). Punto de Partida: Nuevo Casas Grandes.(7 km desde Nuevo Casas Grandes; 363 km desde Chihuahua; 262 km desde Ciudad Juárez). Se sale de Chihuahua hacia el noreste por la carretera 45 rumbo a Nuevo Casas Grandes. Desde Ciudad Juárez se toma hacia el sur por la carretera 45 hacia Nuevo Casas Grandes. Ya en esta ciudad, se sale hacia el sureste, por la carretera que va al pueblo de Casas Grandes; aquí se toma una desviación hacia la izquierda y se recorre un kilómetro.

Los tonos ocres y el contrastante juego de luces de los gruesos muros de esta gran urbe, la más importante de la CULTURA CASAS GRANDES, son impresionantes para el visitante. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la unesco en 1997, PAQUIMÉ fue construida en un emplazamiento privilegiado situado a orillas del río Casas Grandes y cerca de la Sierra Madre Occidental. El río era una fuente de vida en medio de estas agrestes y áridas tierras; la sierra proporcionaba los bosques de encino que poblaban sus laderas. Desde los ANTIGUOS MIRADORES DE LA SIERRA DE MOCTEZUMA, a un kilómetro de PAQUIMÉ, se puede observar la grandeza de la ciudad. Los vestigios del primer asentamiento están a sólo unos cuantos kilómetros, en el lugar que hoy se llama El Convento (600-974 a.C.), en donde más tarde los españoles establecieron el convento de San Antonio de Padua. Esta primera aldea estaba formada por viviendas aisladas llamadas casas foso, estructuras semisubterráneas cuyas características recuerdan a los iglús. El conjunto de Paquimé fue fundado posteriormente, a principios del Periodo Medio, y alcanzó su apogeo al final de este periodo. Abarca cerca de 70 ha, de las que sólo han sido exploradas 30. El sitio tiene planta en forma de U y posee estructuras y edificios ceremoniales, habitacionales y comerciales, que lo hicieron la urbe más importante de la región. Al ser descubierto, causó sorpresa encontrar estructuras de hasta tres niveles de altura. (Véanse los artículos de Eduardo Gamboa y Phil C. Weigand en este número.)

Legados en museos
Museo de sitio. Museo de las Culturas del Norte.
Obra del arquitecto Mario Schjetnan, el museo fue reconocido con un premio internacional de arquitectura de paisaje en la Bienal Internacional de Arquitectura de 1989, realizada en Italia. Su rica museografía consta de ilustraciones, modelos y videos, mediante los cuales se explica la historia de la cultura Casas Grandes.
Museo Nacional de Antropología. Sala Norte, ciudad de México.
Museo Regional de Chihuahua (Quinta Gameros).
Casa de la Cultura de Chihuahua.

Importantes intercambios comerciales y culturales
El significado mágico-religioso que las culturas del Norte le dieron a los minerales, a los elementos de la naturaleza y a los animales, hasta convertirlos en decoración o en ostentación de poder, hizo de Paquimé un centro comercial –con una estratégica ubicación, en medio de Oasisamérica y Mesoamérica– cuyos habitantes eran virtuosos orfebres de pendientes, brazaletes, anillos, collares, y que también realizaban una artística decoración en su valiosa cerámica.
• Conchas de la región costera de Sonora.
• Abulón de la costa del Pacífico de Baja California.
• Moluscos aperlados y coral rojo de Sinaloa y Nayarit.
• Turquesa de Nuevo México para joyas y brazaletes.
• Guacamayas escarlatas de bellos plumajes, de las costas
tropicales del Golfo de México.
• Cerámica de Nayarit, Jalisco y Durango. Elementos que evidencian la influencia de Mesoamérica
• El ritual del juego de pelota.
• Cascabeles de cobre.
• Uso de imágenes de dioses como Quetzalcóatl y Ehécatl.

La exquisita cerámica de Paquimé

Por su fina decoración, sus variadas formas y sus múltiples usos, la cerámica de esta zona se exportó en su época de apogeo. Los cajetes, vasos funerarios y ollas tenían siluetas geométricas o formas estilizadas de animales o de hombres, como parte de su singular fantasía.

Aportaciones y rasgos característicos de la notable arquitectura de Paquimé

Puertas en forma de T. Se localizan sobre los anchos muros de adobe; son anchas en la parte superior y más estrechas en la inferior, con la particularidad de tener poca altura, un metro escaso. Según una teoría, la silueta de estas puertas está asociada con la de las “cachinas” prehistóricas (espíritus de los ancestros), representadas en el Suroeste Americano.
Muros. Se construían mediante un sistema de cajones. En moldes de madera se vertía lodo sin material orgánico, que era apisonado por los propios constructores. El exterior se recubría con aplanados de arena, cal y polvo de conchas de ostión, y posteriormente se pintaba con pigmentos minerales azules, verdes y rosas. No hay cimentación propiamente dicha; los muros se desplantaban en ranuras hundidas de 25 cm. Para alcanzar los tres niveles, los muros se construían más anchos, hasta de 1.40 m en los primeros niveles, y de tan sólo 50 cm en los pisos superiores.
Fogones y ventilación. Fueron ideados para regular las condiciones que imponía el clima. La ventilación se daba en la parte superior de las puertas y también había salidas para el humo de uno o varios fogones, los que se instalaban de acuerdo con las dimensiones del recinto y con el uso que se les daba.
Escaleras y rampas. Se construyeron en el interior de las edificaciones por razones de privacidad.
Sistema de ingeniería de agua. Conocido como “sistema de retención de agua”, partía de la Sierra Madre Occidental y llegaba hasta el desierto, pasando por Paquimé. Mediante un sistema de acequias, a través de terrazas y terraplenes, el agua de veneros y ríos –como el ojo de agua Varaleno, las aguas del río Casas Grandes y el arroyo Mimbres, los cuales rodean el asentamiento– se conducía hasta la ciudad. Dentro de ésta el agua se llevaba por canales rectangulares de piedra laja de 30 cm, con los que se surtía las habitaciones; esto se complementaba con un depósito que filtraba el agua usada en baños de temazcal o de vapor. También había un sistema de desagüe.

OTROS SITIOS DE INTERÉS

Tradiciones de los menonitas en El Capulín. Visite este poblado y conozca la tradicional forma de vida de los menonitas, su oficio de agricultores, y pruebe sus famosos quesos.

Gastronomía de los mormones en Dublán y Colonia Juárez. Haga una pausa en el camino y coma en el restaurante Maldemy. La arquitectura de este lugar es de estilo americano, en remembranza de sus inmigrantes.

La elegante Hacienda de San Diego. Edificación del siglo xix que fue propiedad del terrateniente Luis Terrazas. Es una digna representante entre otras 30 haciendas de características parecidas, situadas en este vasto territorio, tradición alfarera de Juan Mata Ortiz. La cerámica de este poblado conserva el estilo de la realizada por los antiguos habitantes de Paquimé. En la actualidad, Juan Quezada es un connotado orfebre con prestigio internacional.

Los petroglifos del Arroyo de los Monos. Se pueden admirar los monumentales petroglifos, con motivos que aluden a la caza y que, en gran número, se encuentran en un pequeño cañón.

RECORRIDO VALLE DE LAS CUEVAS

Se sale de Paquimé y se regresa a Casas Grandes. Después de 50 km, siguiendo el señalamiento hacia el Ejido Zaragoza, se llega a la desviación del sitio (en donde dice Rancho Casa Blanca); se recorren 2 km en camino de brecha.

El nombre de esta región de la Sierra Madre Occidental se debe a que las moradas de sus habitantes se construyeron en cuevas que servían de abrigo y protección. Aquí se han encontrado elementos que hacen suponer una ocupación de las más largas y antiguas, fechada en 5500 a.C. El sitio más antiguo es la Cueva de la Golondrina (a 400 m de la Cueva de la Olla). En un principio estos grupos vivían de la recolección y después se establecieron cerca de los lechos de los ríos, hasta convertirse en pueblos sedentarios; por sus características corresponden a la cultura Casas Grandes. Los materiales arqueológicos encontrados muestran la relación que estos pueblos guardaban con el grupo mimbres del Suroeste Americano.

CUEVA DE LA OLLA

Este sitio, uno de los más importante de la región, data de 950 a 1060 d.C. Su nombre proviene de un enorme silo o granero, del cual hay varios ejemplos en la zona. Estos graneros, que recuerdan a los cuexcomates encontrados en el altiplano –por ejemplo el de Cacaxtla en Tlaxcala–, son testimonio de una centralización del almacenamiento de los productos agrícolas y recolectados, así como de la distribución al interior del grupo. Los trabajos arqueológicos han arrojado información acerca de los asentamientos, los cuales estaban ligados a la agricultura y al sistema de retención de suelos y agua. La importancia del granero de Cueva de la Olla se refleja no sólo en sus dimensiones (2.5 m de diámetro y 3.55 de altura), sino también en su posición dentro del conjunto como el principal bien comunitario. Esta estructura con forma de hongo fue elaborada con paja seca, que se enrolló de manera circular para darle forma. Ahí se almacenaron semillas de amaranto, epazote, sotol, guaje y otras, en provisiones calculadas para 170 días. Estaba cubierta con un enlucido rojo y negro con diseños que invocaban la protección de la alimentación y la subsistencia de sus aproximadamente 30 moradores, lo que le confería un carácter ceremonial. El granero tiene en su parte superior una abertura semicircular de 80 cm, que se cree que se tapaba con palmas y carrizo; en sus paredes hay orificios para sacar y meter granos, así como para su ventilación. El tipo de semillas nos habla de una actividad agrícola del grupo que habitó la zona. Adosados a las paredes de la cueva se encuentran siete cuartos de barro dispuestos en escuadra. Las puertas en forma de T, como las de Paquimé, están semiderruidas, aunque es posible recrear algunas en su totalidad. La cueva tuvo un uso habitacional y destaca un pequeño cuarto que se encuentra dentro de otro, donde, se dice, se recluía el sacerdote.

RECORRIDO CASAS ACANTILADO DE LA CULTURA CASAS GRANDES

Punto de partida: Madera. En este apacible poblado encontrará alojamiento de todas las categorías y los servicios necesarios para su visita. Además, hay excursiones desde el Hotel Real del Bosque (tel. 157-20538) –que salen a las 9 am– hacia Cuarenta Casas, Cueva Grande o al Conjunto Huápoca (conocido en la región como Conjunto Mogollón). Se puede disfrutar un boxlunch o una discada, un asado de carne picada con cebolla y verduras.

En medio de la impresionante escenografía que forman las laderas y acantilados de la Sierra Madre Occidental, los forjadores de la cultura Casas Grandes eligieron abrigos intermontanos para edificar sus casas. Hoy en día, distinguirlas requiere de un esfuerzo porque el material con el que están hechas, el adobe, es propio de la montaña, como si sus habitantes hubieran querido mimetizarse y perderse ante los ojos de otros grupos que merodeaban por la región. En el interior de sus habitaciones los moradores podían ser vigías y, al mismo tiempo, cobijarse con la naturaleza misma, con lo cual se lograba una atmósfera muy especial. 

CONJUNTO HUÁPOCA

Duración de la visita: medio día. Punto de Partida: Se sale de Madera siguiendo los señalamientos hacia el Conjunto Huápoca, que está a 30 km.

Está formado por tres cuevas en medio de un emplazamiento de gran espectacularidad. La primera en visitarse es la Cueva de la Serpiente, a la cual se llega después de descender 15 minutos hasta una gran oquedad; las habitaciones se encuentran a lo largo y en lo alto; en un extremo está el recinto que mejor se conserva. Para ir al Nido del Águila, el cual puede observarse desde esta cueva, hay que ascender y volver a descender en otro extremo del cañón.

CUEVA GRANDE

Duración de la visita: 8 horas. Punto de partida: Madera. Se toma la carretera hacia el balneario de Huápoca y la cueva esta a 45 km.

Situado en medio de un bellísimo paisaje, con una vegetación pródiga en encinos, maples canadienses y álamos, el sitio arqueológico de Cueva Grande es llamado así por la grandiosa caverna que aloja ocho recintos, con dos niveles y cuyos rasgos arquitectónicos son similares a los de Paquimé. Otro atractivo del lugar es que en tiempo de lluvia se forma una cascada que cae dentro de la cueva, con una musicalidad que hace diferente la atmósfera. 

Para continuar el paseo se puede descender al fondo del cañón hasta llegar a las aguas termales de Huápoca, disfrutarlas, comer y regresar a Madera, o acampar y gozar de una bellísima noche estrellada y regresar al día siguiente. 

Aguas termales de Huápoca. Podrá encontrar remansos naturales, cuyas aguas, a 25o C de temperatura, son muy relajantes, además de albercas, toboganes y un singular puente colgante.

CUARENTA CASAS

Duración de la visita: 5 horas. Punto de partida: Madera. Se sale de Madera hacia el noroeste rumbo a Mesa del Huracán y a los 41 km, tomando como referencia el poblado de El Vallecito, se llega a Cuarenta Casas. Su nombre alude a los abundantes vestigios (sin un número preciso) de viviendas ubicadas en cuevas, en cuya construcción se aprovechó la ladera propia de la Sierra Madre Occidental, complementada con gruesos muros de barro. La región estuvo ocupada entre 1205 y 1260 d.C., fechas que coinciden con la época de apogeo de Paquimé. Por su ubicación, estos asentamientos pudieron ser guarniciones en las rutas comerciales entre Paquimé y la costa del océano Pacífico y el Golfo de California hasta 1450 d.C,. año en que cayó Paquimé, y entonces se convirtieron en refugios.

Cueva de las Ventanas. Indiscutiblemente, éste es el sitio más notable y completo de la zona de Cuarenta Casas y el único que ha sido restaurado. Posee 15 recintos, entre los que destaca el 2; éste tiene una torre de vigilancia, un gran número de ventanillas y ahí se encontró un urinario. El recinto 3 refleja la vida comunal; posee una banqueta labrada en roca madre, lo que evoca a las kivas; es interesante que se conserve parte del techo de vigas de pino. En el recinto 7 se encontraron flechas talladas; en el 11, pintura mural con figuras zoomorfas estilizadas; y en el 10 y el 14, fogones integrados a la arquitectura.

OTROS SITIOS DE INTERÉS

Río Sirupa y sus manantiales. (Visita: 1 día.) En la profundidad del cañón Sirupa, el caudal del río del mismo nombre ofrece lo mismo acción que descanso. Realice una excursión relajante; sumérjase en manantiales naturales, pozas de agua con 25o de temperatura, y disfrute de una pequeña cascada. Todo esto puede ser el final de una excitante travesía después de descender el río en una embarcación y llegar a este remanso natural. 

Al principio de la travesía visite el sitio conocido como La Ranchería; es recomendable, a la mitad del recorrido, hacer una pausa y visitar el sitio arqueológico de Cueva del Apache, y luego continuar con la aventura. Informes para excursiones: Chihuahua Expeditions, tel. 01-1-411-1590.

Presa Peñita. (Visita: medio día.) Además de admirar la naturaleza, se puede acampar en esta laguna artificial rodeada de bosques o pasar unos días en una rústica cabaña para convivir con la naturaleza o pescar; en invierno podrá admirar los miles de gansos que emigran por esta época.

Tesoros coloniales. Cerca de Madera se pueden visitar la exhacienda de Nahuerachi –perteneciente al siglo xvii y que a pesar de su deterioro conserva elementos de este tipo de edificaciones– y la misión de Tres Ojitos.

RECORRIDO PETROGRABADOS DE SAMALAYUCA

Duración de la visita: medio día. Punto de partida: Ciudad Juárez. Se sale por la carretera 45, rumbo a Chihuahua. Después de recorrer 30 km se llega a Samalayuca; se toma hacia la derecha y se atraviesa el poblado. A lo largo de la ladera de la sierra del mismo nombre se ven letreros que indican dónde se encuentran los petrograbados. El recorrido se hace en auto.

Dentro del magnífico escenario de las dunas del DESIERTO DE SAMALAYUCA, en las laderas de las serranías que lo circundan, en las riberas del río Bravo, se encuentran petrograbados con figuras de animales propios de la zona. Se tienen evidencias de que esta región fue poblada por el hombre desde hace 8 000 años; además, se han encontrado puntas de lanza y artefactos del periodo Arcaico de hace 5, 000 años.