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sábado, 26 de mayo de 2012

PUBLICAN NUEVOS ESTUDIOS DEL CHAMANISMO NAHUA Y MAYA



     RITO PARA CONTACTAR A LOS DIOSES

*** La reedición de Sueño y éxtasis, visión chamánica de los nahuas y los mayas, incorpora análisis de este ritual precolombino, apoyados en la farmacología, botánica y antropología

*** La obra de la historiadora Mercedes de la Garza ofrece una perspectiva histórica y científica de esta práctica que pervive entre los grupos indígenas actuales

La concepción e importancia del chamanismo entre los antiguos nahuas y mayas, quienes a través del sueño y del trance —inducido por sustancias psicoactivas— accedían a una realidad alterna donde se ponían en contacto con sus deidades, es abordada desde una perspectiva histórica y científica en la reedición del libro Sueño y éxtasis, visión chamánica de los nahuas y los mayas, publicado por primera vez en 1990.

La nueva edición, autoría de la doctora en Historia Mercedes de la Garza, además de profundizar en los temas tratados anteriormente, incorpora nuevas interpretaciones del mundo precolombino y actual, apoyado en aportes de varias ciencias, como la farmacología, botánica y antropología, así como el análisis de textos epigráficos.

La coedición del Fondo de Cultura Económica y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es producto de más de dos décadas de investigación en fuentes arqueológicas, escritas, pictóricas y etnográficas, así como de un arduo trabajo de campo.

“Este libro da cuenta de cómo la práctica chamánica se efectuaba desde tiempos remotos y se vinculaba a la vida religiosa mesoamericana, y a pesar de la Colonia sus rasgos fundamentales perviven en dichas etnias aún en la actualidad”, comentó la ex directora del Museo Nacional de Antropología.

La publicación, dijo, en sus más de 300 páginas ofrece datos recientes sobre investigaciones del sueño y de la conciencia, además de imágenes de piezas arqueológicas que refuerzan las explicaciones sobre los complejos ritos chamánicos efectuados en Mesoamérica, que se niegan a desaparecer en este mundo globalizado.

“En esta ocasión, se incluyen estudios sobre el sueño y los estados alterados de conciencia desde enfoques científicos actuales —como la neurobiología—, que ayudan a entender esa visión de los sueños lúcidos o programados, experiencias fuera del cuerpo, cercanas a la muerte, visiones y alucinaciones inducidas por sustancias psicoativas (que tienen efecto sobre el sistema nervioso central) o por prácticas ascéticas, como el autosacrificio y la meditación, esenciales en el chamanismo, estados mentales que tienen una realidad comprobaba, de acuerdo a estudios neurocientíficos”.

Respecto a la experiencia más importante de realizar este trabajo, De la Garza destacó que “fue el análisis comparativo entre ambas culturas lo que permitió lograr —a la luz de las diversas fuentes— una comprensión más completa y profunda del fenómeno religioso del chamanismo”.

El método comparativo, explicó la historiadora, constituye una posibilidad de interpretación que permite acercarse al tema desde muchos ángulos y perspectivas que se confirman unas con otras. Por ejemplo, un hecho sorprendente es que las plantas y actos chamánicos de los textos nahuas, aparecen pintados en la cerámica y códices mayas del periodo Clásico (250 - 900 d.C.).

A partir de años de investigación y un amplio trabajo de campo, dijo, “ha sido posible confirmar que el chamanismo coexistió entre nahuas y mayas desde los orígenes de su cultura, así como en otros pueblos de Mesoamérica; sobrevivió a la época de la Conquista y logró mantenerse hasta hoy, con los cambios y significaciones de todo fenómeno histórico vivo, sin perder sus rasgos esenciales.

“De dicho legado destaca el conocimiento de las plantas sagradas, y la capacidad de trascender de la realidad ordinaria en el éxtasis, mediante la ingesta de sustancias psicoativas provenientes de plantas y hongos alucinógenos, animales y bebidas embriagantes; además de la importancia atribuida a los sueños como anuncios del futuro”, abundó la especialista en cultura maya.

Debido a estas virtudes los chamanes, desde tiempos remotos y aún en la actualidad, son considerados por los indígenas como hombres poderosos que podían contactarse con los dioses, ver el pasado y el porvenir, así como buscar soluciones a los problemas de la comunidad. A su vez, los naguales eran concebidos como hombres sabios y consejeros, que tenían la capacidad de transmutarse en animales.

De acuerdo con la investigadora emérita de la UNAM, en la Colonia se dio una reinterpretación de dicha concepción, y a dichos personajes se les relacionó con el ámbito oscuro y la brujería, incluso eran considerados seres sobrenaturales que dañaban a la gente, por lo que los rituales chamánicos eran efectuados en la clandestinidad.

Respecto al carácter arqueológico del chamanismo, el libro muestra evidencias físicas sobre esta práctica entre las culturas prehispánicas, tal es el caso de la identificación de cierto tipo de vasijas con imágenes pintadas o grabadas que eran usadas en estos rituales.

Por ejemplo, citó Mercedes de la Garza, en los vasos mayas del periodo Clásico es frecuente encontrar imágenes de uno de estos personajes sentado sobre su trono realizando el rito ante un espejo, al tiempo que hace la ingestión de ciertas bebidas e inhalación de tabaco; a estas prácticas también se les asociaba con el autosacrificio u ofrecimiento de sangre, como lo refiere la presencia de punzones de hueso, puntas de raya, navajillas de obsidiana, en la iconografía y contextos arqueológicos.

Otro dato interesante, mencionó la investigadora, es la identificación de restos de cacao o nicotina en recipientes relacionados con el chamanismo. Según la autora, “el tabaco fue tal vez la planta sagrada más importante en el ritual de los pueblos mesoamericanos, esencial en la parafernalia de los chamanes, ya que combatía a los animales malignos como serpientes y escorpiones, era un medicamento milagroso que curaba múltiples males y cuidaba al hombre en sus viajes”.

Sueño y éxtasis, visión chamánica de los nahuas y los mayas, “se trata no del análisis de una comunidad específica o en un determinado tiempo, sino de una visión histórica y general de dos de los grupos culturales cuya grandeza ha pervivido a los largo de los siglos”, concluyó Mercedes de la Garza.

sábado, 19 de mayo de 2012

ONU: NO PUEDE HABER DESARROLLO DE LOS INDÍGENAS SIN SU CONSENTIMIENTO Y PARTICIPACIÓN



7 de mayo, 2012.- La vicesecretaria general de las Naciones Unidas, Asha-Rose Migiro, afirmó que no se puede lograr el desarrollo de los pueblos indígenas sin su consentimiento libre, previo e informado y sin su participación directa en cada paso para su obtención. “Estos principios fundamentales están recogidos en la Declaración de la ONU sobre los Pueblos Indígenas. Sin embargo, aún vemos cómo estas poblaciones aún afrontan la discriminación, la persecución, el desplazamiento y hasta la extinción”, dijo Migiro, durante la inauguración de la 11 sesión del Foro sobre Cuestiones Indígenas.

Los más de dos mil indígenas que asisten al Foro inaugurado hoy en la sede de Naciones Unidas eligieron por aclamación al Gran Jefe Edward John, de la nación Tlatzen, de Canadá, como presidente de los trabajos de la sesión.

John es un abogado de gran experiencia, que ha dedicado su vida a la búsqueda de la justicia social y económica para los pueblos indígenas de su país.
Tema central del Foro

La doctrina del descubrimiento y su repercusión duradera en los pueblos originarios es el tema central de la sesión anual del Foro Permanente de Asuntos Indígenas de la ONU.


 La convocatoria a la reunión recuerda que esa cuestión aparece reflejada en dos artículos de la Declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, adoptada en septiembre de 2007 por la Asamblea General.

Ese texto señala que los pueblos indígenas tienen derecho a la reparación, por medio de la restitución o una indemnización justa y equitativa.

Este año se pondrá atención especial en la preparación de los indígenas para la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible Río+20, que se celebrará en junio y la Conferencia Mundial sobre los Pueblos Indígenas de 2014.

El foro fue establecido en 2000 por el Consejo Económico y Social de la ONU para examinar los problemas de los indígenas relativos al desarrollo económico y social, la cultura, el medio ambiente, la educación, la salud y los derechos humanos.

ENLACES

sábado, 12 de mayo de 2012

A-BAK’ MATEMÁTICA MAYA: LA MUJER PREHISPÁNICA


REVELAN PAPEL DE LA MADRE EN EL MUNDO PREHISPÁNICO
DIOSA TLALTECUHTLI, DEIDAD VINCULADA A LA TIERRA

*** ESPECIALISTAS SEÑALAN QUE DIOSAS Y MUJERES FUERON CONSTRUCTORAS Y ASIENTO DE LOS PUEBLOS MESOAMERICANOS; alrededor de las madres se disponía, se repartía y decidía el destino familiar

*** A diferencia de las mujeres mexicas de alto rango, que no tenían acceso al poder político, LAS MAYAS DE LA ANTIGÜEDAD OCUPARON DESTACADOS CARGOS Y PARTICIPABAN EN EL CONTROL DE LA AUTORIDAD

Considerada constructora, educadora y bastión de su sociedad, la madre en el mundo prehispánico jugó un papel determinante, como quedó reflejado y amplificado en el gran número de representaciones de diosas mesoamericanas, coinciden expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).

Al respecto, el arqueólogo Eduardo Merlo, investigador del Centro INAH-Puebla, destacó que la madre fue el centro de la sociedad prehispánica, “alrededor de ella se disponía, se repartía y se decidía el destino de la familia, y de la organización social. Simbólicamente, el hombre gobernaba, pero la mujer estaba en el centro”.

El reflejo del poder que ejercían la madre o la abuela, destacó, se ha podido determinar a partir de excavaciones arqueológicas en las que se han encontrado evidencias de las llamadas “familia extensa; eran complejos de viviendas, donde habitaban nueras y yernos, hijos y nietos, todos unidos alrededor de la casa principal”.

ESCULTURA DE LA DIOSA COATLICUE
 

LA MADRE ERA CONSIDERADA EL CENTRO DE LA SOCIEDAD PREHISPÁNICA, ADEMÁS DE EDUCADORA Y CONSTRUCTORA DE LA MISMA

El curador de la exposición Diosas y Mortales, que reunió piezas de representaciones de diosas con objetos de la vida cotidiana de la mujer prehispánica, citó algunas de las diosas mexicas más veneradas, como Tonantzin o Xilonen, “nuestra madre”, diosa del maíz; Mictecacíhuatl, señora de la muerte; Toci, la diosa abuela que enseñaba a las mujeres los secretos de la vida doméstica y la coquetería, así como Tlazoltéotl, “la comedora de inmundicias”, deidad de la prostitución que devoraba los pecados sexuales.

Por su parte, Miriam López Hernández, arqueóloga egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), refirió que la vida cotidiana de la mujer macehualli o de clase baja en la sociedad mexica trascurría en su hogar y en el campo, “cuidaba de su casa e hijos, cocinaba, colaboraba con su marido en las labores agrícolas, confeccionaba el vestuario familiar y fabricaba las mantas necesarias para cubrir una parte del tributo de su barrio”.

A su vez, las mujeres de alto rango o pipiltin “tenían servidumbre pero aún así debían hilar, urdir, tejer, coser, bordar y cardar algodones con el fin de hacer textiles. A pesar de su rango social, no eran improductivas pues con mantas pagaban las multas al Estado, compraban esclavos y participaban en el intercambio en los mercados, es decir, representaba riqueza”, añadió la autora del libro De mujeres y diosas aztecas.

LAS MUJERES MAYAS OCUPARON DESTACADOS CARGOS EN EL CONTROL DE LA AUTORIDAD

SEÑORA XOC, DE YAXCHILÁN, CHIAPAS

AFRENTA A LA MADRE

Al tener un papel preponderante en la organización social, la afrenta a la madre en la época prehispánica se consideraba una afrenta imperdonable. Para ejemplificarlo, Eduardo Merlo refirió la profanación e incendio que guerreros huejotzincas hicieron en el templo de Tonantzin, en el Cerro del Tepeyac, en la hoy Ciudad de México.

“La respuesta de los aztecas no se hizo esperar, armaron un gran ejército y marcharon contra Huejotzingo (Puebla), matando a todos sus habitantes y no pararon hasta dejar piedra sobre piedra”, señaló el arqueólogo del INAH.

En tiempos de la Colonia, la diosa Tonantzin —añadió— fue asociada con la Virgen de Guadalupe, considerada madre de todos los mexicanos.

LAS GOBERNANTES MAYAS

A diferencia de las nobles mexicas, quienes no tuvieron acceso al poder político, las mujeres mayas de la antigüedad ocuparon destacados cargos políticos, y participaron activamente en el control y la transferencia del poder, además de su importante papel como bastión familiar y social.

El investigador Antonio Benavides Castillo, del Centro INAH-Campeche, señaló que algunas mujeres mayas fueron fundadoras de dinastías gobernantes, una de ellas fue “el personaje conocido como Señora de Tikal, varias veces representada en la iconografía y en los jeroglíficos del lugar”.

El especialista agregó también que en el sitio arqueológico de Palenque, “sabemos que de sus doce gobernantes dos fueron mujeres y ambas jugaron un papel fundamental en la preservación del poder político familiar”. Se trató de la señora Kanal Ikal (Yohl Ik’nal), que reinó de 583 a 604 d.C.; tiempo después vendría la señora Zac-Kuk, quien gobernó del 612 a 640. Esta última fue madre del más influyente gobernante de Palenque, Pakal II.

En un artículo de la Revista Arqueología Mexicana, Benavides Castillo también revela la presencia de otras mujeres nobles que contribuyeron a mantener el poder de sus esposos o hijos, en lugares como Tulum, Quintana Roo; Yaxchilán o Bonampak, en Chiapas.

El papel creador de la mujer, de acuerdo con la arqueóloga Miriam Judith Gallegos Gómora, del Centro INAH-Tabasco, quedó de manifiesto en “el Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas, que narra que la diosa vieja Ixmucané participó en la creación del pueblo maya junto con su pareja masculina. Ella creó a los primeros hombres con una pasta hecha con maíces blanco y amarillo”.

Agregó que el Popol Vuh detalla el papel determinante de la mujer en la formación y mantenimiento de la sociedad a través de la familia. Asimismo, de acuerdo con las crónicas del siglo XVI, escritas por frailes, se sabe que, además del trabajo doméstico y atención de los niños, las mujeres mayas cuidaban animales y eran responsables de las hortalizas y los campos de cultivo inmediatos a la vivienda. También hilaban, tejían, hacían compras, recolectaban frutos, elaboraban cerámica.

La investigadora Miriam Judith Gallegos puntualizó que la transmisión de estos conocimientos se daba de madres a hijas, proceso en el cual las ancianas fungían como madrinas de las niñas que bautizaban y les enseñaban a cuidar su cabello, las criaban a su modo y les llamaban la atención si cometían errores.

Las madres mayas —abundó— cubrían con una concha el pubis de sus hijas desde los tres años hasta los doce. Cuando éstas llegaban a la adolescencia, las mamás realizaban una ceremonia denominada emku (según Diego de Landa, Relación de las Cosas de Yucatán), en la cual retiraban la concha, y ello significaba que ya podían casarse.

DIOSAS MATERNAS

“Para los pueblos prehispánicos la fertilidad de la mujer sobrepasaba en importancia a todas las demás características femeninas… en el pensamiento mítico veían la expresión de una fuerza creadora que se identifica con el poder que una vez dio vida al cosmos y que sigue asegurando la existencia de éste”, señaló la investigadora Laura Ibarra, profesora del doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Guadalajara.

“La capacidad de la mujer de dar vida participa de la fuerza original que da vida al mundo o, dicho en otras palabras, la fertilidad femenina es concebida como parte de la fertilidad universal”, sostiene la investigadora en un artículo publicado en la revista Iztapalapa (número 45) de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Al respecto, la investigadora Miriam López Hernández, quien recientemente publicó Mujer divina, mujer terrena. Modelos femeninos en el mundo mexica y maya, comentó que tanto las concepciones de ambas civilizaciones prehispánicas, “comparten un interés primordial por enfatizar la fertilidad humana-vegetal en las diosas, así como los mantenimientos que provenían de las mujeres como seres nutricios”.

La arqueóloga destacó que la concepción agraria de los mexicas estaba basada en la Diosa Madre o Madre Tierra. Desde este punto de vista, las diosas principales fueron: Xilonen y Chicomecóatl (maíz tierno y maíz maduro, respectivamente), Mayahuel (maguey), Huixtocíhuatl (aguas saladas), Chalchiuhtlicue (agua), Iztaccíhuatl (montañas) y Xochiquétzal (flores).

Entre las diosas relacionadas con la fecundidad-maternidad estaban: “Omecíhuatl, la gran creadora de la que surgen dioses y hombres; Teteo Innan, ‘madre de los dioses’; Coatlicue, madre de Huitzilopochtli y diosa de la fertilidad, de vida y muerte; Tonacacíhuatl, ‘mujer de nuestro sustento’ y principal nodriza de la población; Oxomoco, primera mujer creada y de la que surgió el resto de la raza humana; Cihuacóatl, diosa invocada en los partos difíciles, y Yoaltícitl, de los partos, entre otras.

A su vez, Miriam Judith Gallegos, investigadora del Centro INAH-Tabasco, detalló que las diosas principales del panteón maya, “además de Ixmucané, la diosa vieja, existe el registro de otras deidades como la diosa O, que tenía poderes sobrenaturales como la adivinación y la curación, además de estar vinculada con la creación y rituales de paso como el nacimiento”.

También, agregó, está la joven diosa I —generalmente identificada con Ixchel—, deidad relacionada con la fertilidad, según fray Diego de Landa, por ello las hechiceras colocaban bajo la cama de las parturientas una figurilla de esta diosa. Otras diosas son Aixchel, Ixchebeliax, Ixbunic, Ixbunieta e Ixtab, asociadas con los nacimientos, fertilidad, medicina, adivinación y tejido, respectivamente.

ALREDEDOR DE LAS MADRES SE DISPONÍA, SE REPARTÍA Y DECIDÍA EL DESTINO DE LA FAMILIA Y DE LA ORGANIZACIÓN SOCIAL
TLALTECUHTLI, SEÑORA DE LA VIDA Y LA MUERTE

CHICOMECÓATL, DIOSA MEXICA DEL MAÍZ. DISEÑO DE LA GALERÍA: PÁGINA WEB, CON FOTOS DE HÉCTOR MONTAÑO / INAH

El arqueólogo Carlos Javier González, director del Museo del Templo Mayor, puntualizó que en este recinto “hay inigualables ejemplos prehispánicos de la relación con la Madre Tierra. Principalmente, el reciente hallazgo del monolito de Tlaltecuhtli, señora de la tierra, que también era considerada como devoradora de cuerpos, porque a sus entrañas iban a parar los muertos”.

Concluyó que en el pensamiento de los mexicas se dio especial atención a la fecundación de las mujeres. “En la Sala Cuatro del Templo Mayor, tenemos una representación de la diosa Cihuatéotl, divinidad de las mujeres que morían en el parto. Los aztecas comparaban a estas mujeres con los guerreros que morían en batalla, y por ello, al igual que ellos, tenían el honor de acompañar al sol en su recorrido desde el cenit hasta el ocaso; así eran de importantes”.

lunes, 7 de mayo de 2012

LOS MONOLITOS DEL MERCADO Y EL GLIFO TIANQUIZTLI





TIANQUIZTLI
Nombre: “Disco de Chalco”. Sala Mexica, MNA
(inv. 10-81576).
Cultura: Chalca
Procedencia: Chalco, estado de México
Periodo: Posclásico Tardío
Material: Piedra volcánica        Medidas: 102.5 cm (diámetro) x 20 cm
Localización: Sala Mexica, MNA

Leonardo López Luján

CUATRO ESCULTURAS ENIGMÁTICAS

En la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología se encuentra una bella escultura cilíndrica de basalto que es conocida como el “DISCO DE CHALCO”. Mide 102.5 cm de diámetro y apenas 20 cm de espesor. En su cara principal fueron tallados en bajorrelieve, de adentro hacia fuera, un círculo, un anillo pequeño, seis trapecios calados y separados entre sí por seis barras, un anillo grande, 28 círculos lisos y, por último, ocho conjuntos de cuatro barras que se distribuyen radialmente en el borde de la pieza. En el jardín de la sala se exhiben los fragmentos de otras tres esculturas muy semejantes en forma y dimensiones al DISCO DE CHALCO. Sabemos que estos últimos proceden del Centro Histórico de la ciudad de México. El más pequeño de ellos, descubierto en 1915 en la antigua calle de Santa Teresa (hoy calle de Guatemala), es particularmente interesante porque conserva restos de pigmento rojo y evidencias de que su relieve circular no estaba tallado sobre una pieza cilíndrica de muy poco espesor, sino en la cara superior de un bloque cuadrangular.

EL GLIFO TIANQUIZTLI

En la literatura especializada, el DISCO DE CHALCO y los tres fragmentos recién descritos han sido identificados de manera errónea como RAROS MONUMENTOS SOLARES en los que los característicos rayos y púas sagradas del astro se sustituyen por supuestos TONALLO O SÍMBOLOS DEL CALOR. Lejos de ello, las cuatro esculturas tienen esculpida la inconfundible CONVENCIÓN GLÍFICA que SIMBOLIZA AL TIANQUIZTLI O MERCADO. Este hecho puede corroborarse en numerosos documentos históricos y pictografías. Un buen ejemplo es el CÓDICE MENDOZA. En su folio 59r aparece el GLIFO TIANQUIZTLI junto a tres personajes masculinos. La escena alude –como lo aclara la glosa del códice– a un padre que envía al mercado a sus dos hijos de seis años de edad para recoger del suelo las tunas rojas y los granos de maíz abandonados por los vendedores. Una escena más compleja fue plasmada en el folio 67r del mismo códice, donde se observan seis tequihuaque o capitanes espiando durante la noche el mercado, el templo y las casas de un pueblo enemigo que su señor deseaba conquistar. Otro caso es el del LIENZO DE CUAUHQUECHOLLAN, donde fueron figurados cuatro mercados del suroeste de Puebla por medio de círculos que encierran a personas realizando intercambios.

EL GLIFO TIANQUIZTLI también fue utilizado –solo o en composición con otros ELEMENTOS GRÁFICOS– para representar topónimos o nombres de localidades. Mencionemos primeramente la RELACIÓN GEOGRÁFICA DE TETLIZTACA, en cuyo mapa se dibujó el GLIFO DE TIANQUIZMANALCO (“DONDE SE COLOCA EL MERCADO”), pueblo del actual estado de Hidalgo que dependía de Cempoala. En el CÓDICE COZCATZIN se alude a TIANQUIZNÁHUAC (“CERCA DEL MERCADO”) con el mismo glifo, aunque adicionado de dos vírgulas que remiten a la palabra nahuati (“hablar”). En el Códice Mendoza el GLIFO TIANQUIZ-TLI tiene puntos de arena en su interior para particularizar a XALTIANQUIZCO (“LUGAR DEL MERCADO DE ARENA”), población cercana a Nochixtlán, Oaxaca, que conquistó Motecuhzoma II. Un ejemplo parecido es el TOPÓNIMO DE TIANQUIZTENCO (“EN LA ORILLA DEL MERCADO”) empleado en la Matrícula de Huexotzinco, el cual posee varias huellas de pie que quizás indiquen congregación o llegada de comerciantes. En el mismo documento se dibuja el glifo para el pueblo DE POCHTLAN (“LUGAR DEL POCHOTE”, O ÁRBOL BAJO EL CUAL SE REUNÍAN LOS POCHTECAH O MERCADERES) en forma semejante a una flor o disco con dos círculos concéntricos y cuatro trapecios calados separados entre sí por cuatro barras. Recordemos por último el Códice de Amecameca, donde se localiza otra localidad llamada Pochtlan, dependiente ésta de la población de Amecameca en el reino de Tecuanipa; ahí vemos también un GLIFO DISCOIDAL AUNQUE CON TRES CÍRCULOS CONCÉNTRICOS Y OCHO TRAPECIOS CALADOS SEPARADOS ENTRE SÍ POR OCHO BARRAS.