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domingo, 1 de julio de 2012

UN DISCURSO PREHISPÁNICO ALUSIVO AL MITO DEL NACIMIENTO DE HUITZILOPOCHTLI


25 LÁPIDAS DE TEZONTLE DE MÁS DE 550 AÑOS

En una franja de piso ubicada frente a los vestigios del Templo Mayor, en el Centro Histórico de la ciudad de México, se hallaron 23 lápidas de tezontle de más de 550 años de antigüedad, con representaciones de serpientes, cautivos, ornamentos y guerreros, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En un comunicado, se detalló que de acuerdo con investigaciones de los arqueólogos, las losas "forman un discurso prehispánico relacionado con los mitos del nacimiento de Huitzilopochtli, dios mexica de la guerra, y con el del origen de la Guerra Sagrada de esa antigua cultura".

El hallazgo, que se ubicó con dirección a lo que fue el adoratorio de esa deidad, se registró a finales del año pasado por especialistas del INAH en la Plaza Manuel Gamio, junto a la plataforma circular decorada con cabezas de serpientes descubierta en septiembre de 2011.

"Los vestigios prehispánicos son de gran valor arqueológico porque es la primera ocasión en que se encuentran, dentro de lo que era el recinto sagrado de Tenochtitlán, gran cantidad de lápidas dispuestas expresamente, a manera de documento iconográfico, para crear un discurso que narra ciertos mitos de esta antigua civilización", explicó Raúl Barrera, arqueólogo responsable de las excavaciones.

El especialista indicó que, de manera preliminar, se considera que tanto las lápidas como el piso de andesita rosa y lajas de basalto (de 16.7 metros de largo y 3.3 de ancho) donde están colocadas, corresponden a la etapa constructiva IV del Templo Mayor, que se edificó de 1440 a 1469, durante el gobierno del tlatoani Moctezuma I.

“Los documentos Historia general de las cosas de la Nueva España, de Bernardino de Sahagún, así como Historia de las Indias de Nueva España e islas de tierra firme, escrito por Diego Durán, y los códices Boturini y Chimalpopoca, que refieren a los mitos del nacimiento de Huitzilopochtli y del origen de la Guerra Sagrada entre los mexicas, sugieren que las imágenes talladas en estas 23 lajas de tezontle rojo y gris –cuyas dimensiones en promedio son de 50 centímetros de alto y 40 de ancho– están relacionadas con dichas narraciones mitológicas”, agregó Barrera.





 
Las imágenes en relieve que presentan las lápidas aluden a ocho serpientes con las fauces abiertas, de las cuales se puede apreciar la lengua bífida y en la parte inferior el crótalo. También está presente la representación de un escudo de guerra o chimalli, con figuras de caracoles y cuentas de piedra, dardos en dirección a la parte inferior y trazos que quizá simbolicen chorros de sangre, detallaron Lorena Vázquez y Rocío Morales, arqueólogas que participan en la investigación.

Otras de las imágenes grabadas en las lápidas son un dardo con representación de humo hacia los lados, frente al cual se halló una punta de flecha de obsidiana, así como un guerrero estelar ataviado que porta en una mano su chimalli y en la otra un lanzadardos, arma con la cual Huitzilopochtli venció a Coyolxauhqui, así como relieves de ornamentos característicos de esta diosa, como una nariguera y una orejera.

Una lápida más tiene grabada la figura de un cautivo arrodillado con las manos atadas por la espalda, que posiblemente está hablando, pues frente a su boca está la figura de una vírgula; se aprecia la talla de una lágrima cayendo de su ojo.

En otra de las piezas prehispánicas se observa el rostro de perfil de un decapitado que lleva un tocado de plumas y una orejera, además de representaciones de ornamentos, como un rosetón adornado con plumas y una flor cortada de manera transversal.

"Algunas de las lajas tienen a los costados las representaciones de círculos, a manera de numerales, que posiblemente aludan a fechas calendáricas. Sin embargo, se continúa con los estudios para determinar si efectivamente indican alguna fecha", precisó Lorena Vázquez.

Los especialistas del INAH comentaron que el hallazgo ocurrió durante los trabajos de supervisión arqueológica de las obras de adecuación que se realizan para la creación de un nuevo acceso al Museo de Templo Mayor.

El arqueólogo Raúl Barrera concluyó que una vez terminados los trabajos de sondeo, para determinar la existencia de algún tipo de ofrenda debajo de las lápidas, así como las labores de limpieza y restauración en las lajas, se colocará un piso de cristal para que los visitantes puedan admirar la magnificencia de esos 23 relieves del siglo XV.