EL IMPACTO DE LA HUMANIDAD EN EL
PLANETA ES TAN GRANDE que algunos proponen una
nueva definición geológica: el Antropoceno. Consideran
que la
vida del hombre tiene los mismos efectos que marcaron el fin de los
dinosaurios.
Desde nuestras ciudades y nuestras granjas hasta
nuestra basura, los humanos hemos estampado firmemente nuestra marca sobre el
planeta.
Muchos
científicos comparten la idea de que EL
IMPACTO DE LA
HUMANIDAD SOBRE EL PLANETA ES TAN GRANDE Y VARIADO que ha
creado un nuevo período geológico en la historia terrestre: el
Antropoceno, la época humana.
El geólogo de la Universidad de
Leicester, Jan Zalasiewicz, forma parte de un grupo de estudio que busca
determinar si es apropiado formalizar el Antropoceno como una época en los estudios de
ciencias de la tierra.
Para que se
convierta en un período como la era Mezozoica, el Jurásico o el
Pleistoceno, los geólogos necesitan convencerse de que estamos dejando una secuencia
suficientemente distintiva de rocas y fósiles en los sedimentos que quedan en
el mar, lagos y plantas.
Millones de años en el futuro, esos sedimentos se
habrán compactado en rocas.
¿Qué
encontrarán los científicos en ese futuro lejano? ¿Qué evidencia les llevará a
concluir que el Antropoceno fue una era diferente a las épocas precedente
conocida como el Holoceno (los últimos 12.000 años de relativa estabilidad
climática?
HUMANIDAD, FUERZA GEOLÓGICA
Por un lado
están las rocas y los fósiles que se
formarán a medida que se desarrolla el Antropoceno en los próximos millones de
años.
Pero también se
habla de lo que los científicos llaman la capa fronteriza del Antropoceno:
una
pequeña franja de los últimos dos siglos (y seguramente los próximo cien años).
Allí estará LA
EVIDENCIA DEL
CAMBIO CLIMÁTICO: los eventos de
transición que lanzaron al planeta hacia esta 'historia geológica' diferente.
Paul Olsen del
Observatorio Lamont-Doherty de Nueva York, estudia la frontera entre los
períodos Jurásico y Triásico que se formó 200 millones de años atrás, cuando
los grandes dinosaurios se convirtieron en las criaturas dominantes del
planeta.
Olsen muestra LAS CAPAS ENTRE AMBAS ERAS: una delgada porción de arcilla blanca
encima de la cual hay una aún más delgada banda de carbón. Debajo de la arcilla
blanca, las rocas más viejas abundan en fósiles vegetales.
Pero encima de la arcilla blanca solo hay unas pocas
esporas fosilizadas de helechos, algo que se consideran 'datos del desastre',
porque se trata de las primeras plantas que aparecen para recolonizar paisajes
devastados.
Allí Olsen
señala la evidencia de LA EXTINSIÓN MASIVA QUE SUCEDIÓ ENTRE 10 Y 100 MILLONES DE
AÑOS.
La hipótesis es
que UN GIGANTESCO EVENTO VOLCÁNICO añadió tanto monóxido de carbón y
dióxido sulfúrico a la atmósfera que el cambio climático devastó los
ecosistemas marinos y terrestres, y al menos el 75% de las especies se
extinguieron.
'Basados en los
tipos de cambios que los humanos han producido, ES CLARO QUE TENDREMOS UN MARCADOR GEOLÓGICO, que los humanos son
una fuerza geológica y que estamos en un nuevo período geológico de un tipo
nunca visto en la Tierra',
asegura Olsen.
CIUDADES FÓSILES
Un marcador que
dejaremos en algunas partes del planeta serán los restos fosilizados de las
ciudades, en el entendido de que algún día sean abandonadas. SERÁN EL EQUIVALENTE ANTROPOCENO DE LA LAVA DEL JURÁSICO: remanentes
físicos de la transición planetaria.
Según Jan
Zalasiewicz SOLO CIERTAS CIUDADES
DEJARÁN MARCAS DISTINTIVAS. Ciudades
interiores como Moscú o Nueva Delhi se convertirán en anónimas arenas, mientras
que las costeras, como Nueva York, Dhaka o Ámsterdam quizá queden en un estado
parcialmente reconocible.
'Las cloacas
y el sistema eléctrico, los subterráneos, se conservarán muy bien. En la
superficie los edificios colapsarán caóticas en masas de escombros. Pero
formarán estratos muy diferentes a cualquier cosa que haya habido antes', pronostica Zalasiewicz.
Será así porque
las formas y los materiales de ESOS
'ESTRATOS URBANOS' no se parecerán a nada que haya formado la naturaleza.
'El concreto es como una caliza arenosa así que
tiene un buen potencial de conservación. Los ladrillos pasarán de rojo a gris,
mantendrán la forma aunque posiblemente se aplanen un poco', considera Zalasiewicz.
'El vidrio se volverá un material lechoso y se
cristalizará muy finamente. El acero se oxidará y desaparecerá pero dejando
huecos donde alguna vez estuvo. Así que podemos aplicar las principios de la
geología a los nuevos estratos que estamos haciendo para predecir cómo lucirán
en decenas de miles de años.'
EXTINCIÓN EN MASA
LOS ANIMALES Y PLANTAS FOSILIZADOS DEL ANTROPOCENO también
tendrán valor, asegura el paleontólogo de la Universidad de
California-Berkeley, Anthony Barnosky.
Las fronteras
entre períodos geológicos están marcadas por LA
EXTINCIÓN DE
MÚLTIPLES ESPECIES Y, EN CINCO CASOS EN LA HISTORIA DE LA TIERRA, POR EXTINCIONES
MASIVAS, la última de las cuales sucedió 65 millones de años atrás y significó
el fin de los dinosaurios.
'Estamos causando que muchas especies se hayan
extinguido o que vayan rumbo a la extinción. Yo comparo lo que está pasando hoy
con el asteroide que eliminó a los dinosaurios, sólo que nosotros somos el
asteroide', afirma Barnosky.
Los últimos
cálculos de Barnonsky, publicados en la prestigiosa revista Nature, son buenas
noticias para los que proponen oficializar el Antropoceno,
pero malas para el resto de nosotros.
Al comparar el
ritmo de extinción de animales durante los
últimos cinco siglos con los testimonios fosilizados de LAS CINCO PREVIAS
'EXTINCIONES MASIVAS, el equipo de Barnonsky concluye que la extinción va a una
velocidad 12 veces mayor que durante tiempos de estabilidad evolutiva.
'SI CONTINUAMOS ASÍ Y VEMOS EL MISMO RITMO DE
PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD QUE HEMOS VISTO EN LOS PASADO 500 AÑOS, veremos la
magnitud de desapariciones que fue característica de los dinosaurios en un par
de siglos, quizá antes'.